jueves, 8 de abril de 2010

Up in the air (Walter Kirn)

     Walter Kirn es un escritor nacido en 1963. Crítico literario, ensayista y novelista de éxito: además de la adaptación cinematográfica en 2009 de Up in the air (publicada en 2001) le han llevado al cine otra de sus novelas, Thumbsucker; esto, siendo norteamericano, le permite vivir en un hermoso rancho y dedicarse a escribir novelas, algún ensayo y colaborar en revistas.

     Up in the air, o En el aire, es la historia de Ray Bingham, uno de esos trajeados viajantes que pululan por los aeropuertos de ciudad en ciudad trabajando para una gran compañía de asesoramiento. Ray está especializado en ATL (asesoramiento de transición laboral), una eufemística referencia a la tarea de ejecutar despidos de personal directivo. Un trabajo que no le gusta y que sobrelleva creando su propio mundo virtual, “Mundo Aéreo”, donde todo es efímero y cambiante y el continuo ir de un lado a otro crea una sensación de actividad que ayuda a solapar un trabajo sin sentido; deposita todo su esfuerzo en la consecución de su meta, su éxito particular: alcanzar el millón de millas acumuladas en la tarjeta de fidelización de la compañía aérea con la que viaja.
     La novela es un esbozo irónico de las grandes empresas americanas de asesoramiento y de su entramado corporativo. Desmedidas y huecas, supeditadas a corrientes de pensamiento cambiantes y estrategias de marketing tan impersonales que parecen sacadas de la irracionalidad. Proyecciones de realidades virtuales que despojan al trabajador de un apoyo tangible que le conecte a su entorno personal y familiar.
     Es una lectura entretenida y ligera, aunque desconcierta en las páginas finales por lo ininteligible que se hace el texto; no sé si es demérito del autor o mérito de traductor. En cualquier caso es un libro que no hubiese comprado si no fuera porque algo me toca: lejos de la hiperbólica agenda de Ryan Bingham, también tengo que desplazarme mucho por mi trabajo, también pertenezco a una gran empresa multinacional, también me gusta elegir los hoteles que me gustan y también me conocen en Avis. Tengo además la tarjeta AVE oro, con ella acumulo puntos, muchos. La grata diferencia está en que los disfruto en mis vacaciones y fines de semana y que mi “Mundo Terrestre” me permite leer y hasta llevar este blog. Lo demás es sólo trabajo.