Yendo de paso, el viajero Hans llega a Wandesburgo, una pequeña ciudad que ejerce en él una incomprensible atracción que le hace retrasar su partida. Descubriendo entre paseos la ciudad, con sus misteriosas calles que parecen mover su ubicación cada día, Hans traba amistad con un Organillero, personaje que será principal en la novela. Pero, quien hace que su estancia provisional en Wandesburgo se convierta en indefinida es Sophía Gottlieb.
En principio parece un argumento común del que no pudiera esperarse una lectura compulsiva que tantas veces se echa de menos. Sin embargo Neuman sorprende al proponernos unos personajes, Sophia y Hans, que pese a encontrarse en la Europa Postnapoleónica en pleno siglo XIX, piensan y sienten de un modo más cercano a nuestros días desligándose de la rígida mentalidad imperante.
Confieso que al consultar la solapa del libro y descubrir la insultante juventud del autor, rebajé mis expectativas. Me equivoqué. Es una novela escrita despacio que merece leerse despacio.
Sin desfallecer a mediados de la novela, como en tantos otros escritores jóvenes, y no tan jóvenes, un estilo cuidado y sugerente se mantiene a lo largo de todo el texto, Circunstancia que se entiende después de leer la última línea “Granada Junio de 2003 - Noviembre de 2008”. El placer del lector está garantizado. Abundan párrafos que parecen compuestos de versos sueltos, invitando a una lectura pausada de cada frase para disfurtar de la aparente facilidad con la que sugieren vívidas escenas a nuestra imaginación.
Un libro en el que la literatura es la protagonista.
En principio parece un argumento común del que no pudiera esperarse una lectura compulsiva que tantas veces se echa de menos. Sin embargo Neuman sorprende al proponernos unos personajes, Sophia y Hans, que pese a encontrarse en la Europa Postnapoleónica en pleno siglo XIX, piensan y sienten de un modo más cercano a nuestros días desligándose de la rígida mentalidad imperante.
Confieso que al consultar la solapa del libro y descubrir la insultante juventud del autor, rebajé mis expectativas. Me equivoqué. Es una novela escrita despacio que merece leerse despacio.
Sin desfallecer a mediados de la novela, como en tantos otros escritores jóvenes, y no tan jóvenes, un estilo cuidado y sugerente se mantiene a lo largo de todo el texto, Circunstancia que se entiende después de leer la última línea “Granada Junio de 2003 - Noviembre de 2008”. El placer del lector está garantizado. Abundan párrafos que parecen compuestos de versos sueltos, invitando a una lectura pausada de cada frase para disfurtar de la aparente facilidad con la que sugieren vívidas escenas a nuestra imaginación.
Un libro en el que la literatura es la protagonista.
2 comentarios:
Como no tengo espacio para más libros y tengo que dosificar muy mucho la compra de nuevo material, prepárate para dejarme esta novela.
Me alegra saber que gracias a gente como Neuman seguirá habiendo escritores.
Lo tengo pendiente, pero me da un poco de miedo, no se...
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