viernes, 19 de marzo de 2010

Firmin (Sam Savage)

Sam Savage, que en la foto del libro se parece a Peter O'Toole disfrazado de faquir, es americano, nacido en Wisconsin. Doctorado en Filosofía por Yale, publicó esta novela, la primera, ya mayorcito. Parece ser que el éxito le sobrevino bastante después de haberla publicado. Ahora ha aparecido otro libro suyo: “El lamento del perezoso” 
  Firmin es una rata que sabe leer y que devora libros compulsivamente, al principio de forma literal.
     Nace en el sótano de una librería y lo primero que lo caracteriza es  ser el más débil de la camada; ya en los primeros días lucha sin éxito por atrapar una de las doce tetas maternas, acaparadas por sus doce hermanos. Flo, su progenitora, coge tales cogorzas que tras los primeros sorbos sus hermanos quedan amodorrados, es entonces cuando Firmin puede mamar apenas unas gotas para poder sobrevivir. Apremiado por el hambre se ve empujado a alimentarse de los gurruños de papel que acolchan el nido, arrancados por su madre de uno de los libros almacenados en el sótano. Esta dieta provoca en Firmin lo que él mismo denomina “mi insólito desarrollo mental” y que le otorga la capacidad de leer.
     La novela me ha resultado entretenida, triste y hermosa. La narración en primera persona y el lenguaje llano e inocente, permiten un acercamiento a las reflexiones del protagonista perfilando la visión del mimso como alguien encantador. Hay que decir que las ilustraciones contribuyen bastante a que exista esa buena conexión emocional.
     Es sobre todo una historia original que ensalza el amor a los libros y el eterno misterio de la literatura. Firmin crece entre libros y con los libros, de ellos surge su mundo, sus sentimientos, su pensamiento y sus anhelos. Un crecimiento necesariamente empañado con un halo de tristeza que lo va minando poco a poco, encerrado en su cuerpo de rata: “Malo es el amor no correspondido; pero lo que verdaderamente puede hundirlo a uno es el amor no correspondible”, una realidad de la que pretende huir envuelto en sus fantasías pero de la que es plenamente consciente: “En el mundo real hay diferencias que no pueden superarse.”
     En la novela hay referencias continuas a grandes obras literarias Una de ellas es Finnegan Wake de James Joyce al que, en palabras de Firmin, el autor califica como “uno de los Grandes, quizá el más Grande de todos.”. Esta novela es denominada el “Gran Libro” en alusión directa al origen, al nacimiento a la vida mágica y literaria de Firmin, no en vano su papel fue también su primer alimento: “Yo nací, fui acogido y me amamantaron en el armazón deshojado de la obra maestra menos leída del mundo.” Por lo que he podido averiguar, Finnegan Wake relata los sueños del personaje protagonista en un lenguaje singularmente onírico y cuando al amanecer los sueños acaban, el despertar se interpreta como un retorno a la vida consciente, a realidad. No puede ser casual que Savage acabe la novela con Firmin, recostado en el confeti original del nido en que nació, leyendo un pasaje del final de la obra de Joyce, del “Gran Libro”, origen y fin de la maravillosa historia de una rata que, aún sin barbilla, despierta el afecto de cualquier lector sensible.

1 comentarios:

Tomás A.G. dijo...

Según he podido saber, esta novela es un hito entre las editoriales españolas porque Seix Barral compró los derechos mundiales de edición a una pequeña editorial estadounidense. O algo por el estilo.
A mí me gustó mucho. Tal vez sea porque la melancolía atrapa.

Publicar un comentario